Llamar a Sergio Ibarra se ha convertido en un martirio. “Checho, discúlpame que no se te pueda llamar para hablar de algo bueno”, le dijo elcomercio.pe al técnico-jugador del Cienciano. “Qué se hace, mi hermano, ya estoy acostumbrado a que sea así. Lo que vivimos es muy jodido”, respondió, con la voz a punto de quebrarse.
Esta mañana, el ‘Checho’ se quedó solo, sin comando técnico. Hace dos días, Carlos Trejos (asistente técnico) y Carlos García (preparador físico), renunciaron a sus cargos y hoy no se aparecieron más. “La directiva les debe como cuatro meses. Ellos son colombianos, no tienen a nadie acá y es por eso que no aguantaron”, explicó Ibarra.
LO QUE SE VIENE
El plantel viajará para jugar esta fecha (12 de la liguilla B) en Huancayo y amenazó con quedarse en Lima y no retornar a Cusco hasta que Juvenal Silva no les pague los tres meses que se les debe. “Esa es la medida que ha tomado el equipo y yo la respeto. Se nos vienen partidos muy complicados para mantener la categoría, y después de Huancayo tenemos que viajar a Chiclayo para jugar con el Aurich. En la última cerramos con Alianza Atlético en Cusco”, agregó el DT.
Si todo lo que vive el plantel de Cienciano —único campeón peruano de la Copa Sudamericana y de la Recopa— les parece increíble, sonaría descabellado si se dice que sus jugadores solo se hidratan con agua después de los exigentes entrenamientos. Su ropa de práctica la lava un grupo de utileros que no cobra hace siete meses, y que por amor al club solo se conforma con recibir el poco dinero que los jugadores les pueden dar. Sin duda, el abandono de un club de primera división en su máxima expresión.
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